Descubriendo respuestas para un nuevo inicio a clases

Las vacaciones de verano son un respiro, un tiempo de aventura y desconexión. Para los niños y niñas, son días de libertad, de no tener un horario estricto y de disfrutar plenamente del presente. Pero, ¿qué pasaría si les dijéramos que el final de estas vacaciones es, en realidad, el inicio de una búsqueda de algo mucho más profundo? Nos referimos a la filosofía japonesa del Ikigai.

Normalmente, pensamos en el Ikigai en el contexto de la vida adulta y el desarrollo profesional. Sin embargo, ¿qué pasaría si empezamos a aplicarlo desde la infancia?

El regreso a clases, lejos de ser un simple fin de las vacaciones, es una oportunidad para que los niños y niñas comiencen a explorar su propio Ikigai. Al volver a las aulas, se enfrentan a un entorno que, aunque familiar, es distinto al del año anterior: nuevos maestros, compañeros diferentes y, lo más importante, nuevos retos y aprendizajes.

El Ikigai y el regreso a clases de los niños

La clave para vivir de manera plena no está en evitar los retos, sino en abrazarlos. Cuando los niños regresan a la escuela, tienen la oportunidad de responder las preguntas del Ikigai de forma intuitiva y natural:

• ¿Qué amo hacer? Descubrir una materia que les apasiona, un deporte que les hace felices o un club extracurricular que les llena de emoción.
• ¿En qué soy bueno? Reconocer que son hábiles en matemáticas, que tienen gran creatividad para el arte o que son excelentes líderes en trabajos en equipo.
• ¿Qué necesita el mundo de mí? Aprender empatía, ayudar a compañeros con dudas y defender a quienes son tratados injustamente.
• ¿Qué puedo aportar? Valorar que su entusiasmo, curiosidad o capacidad para escuchar son valiosos para el grupo.

Las vacaciones son un momento de recarga, descanso y experiencias. Pero el regreso a clases es el momento de aplicar esa energía renovada para explorar y construir una vida con propósito. Al ver el regreso a la escuela a través de la lente del Ikigai, les enseñamos que la vida no se trata solo de pasar el tiempo, sino de encontrar significado en cada acción.

En lugar de ver la rutina como una carga, acompañémosles para entender que se trata de una aventura emocionante, donde cada día es una oportunidad para encontrar un poco más de su razón de ser. Vivir con propósito, sin importar la edad, es una de las claves para una vida más plena y feliz.